miércoles, 18 de abril de 2012

Simulación al poema de Anacreonte

Duelo 


Negro.


Negro como mi corazón negro,

alma rota, triste y desolada, 

carente de luces y sombras

como el baile de un cisne negro.

Ese negro infinito y maldito,
el que sedujo con palabras baratas,
ese que se niega a dejarme seguir
porque se aferra a quedarse aquí.

Corazón negro bañado de lágrimas,
alma que posee intenciones de avanzar,
alma que se levanta y enfrenta la adversidad
para después perder contra la oscuridad.

Alma negadora de la realidad,
corazón negro enamorado del muerto,
corazón terco que infecta todo
de dolor puro y pura soledad.

Negación

El fuego corre por las venas
cuando el alma llora, grita
y afirma que todo es una equivocación.

El cuerpo se debilita
cuando todos te afirman que es la realidad
y no la dulce fantasía en la que desearías estar.

Reaccionas del letargo
riéndote, enojándote
por bromas pesadas que son verdades.

Todo pierde sentido, y deseas escapar
cuando sus miradas muestran
incertidumbre y soledad.

Quieres huir, refugiarte
entre sabanas con olor a muerto
y una cama vacía, llena de recuerdos.

El silencio se apodera de ti
cuando quieres seguir negando
el hecho de que la firmeza te ha traicionado.

VALOR

Caminas despacio
con miedo a no encontrar la salida,
te haces de falso valor
para no perderte en los laberintos de la aceptación.

Gritar, crees que con hacerlo
encontraras el rumbo de tu vida,
lloras, creyendo que con ello
el dolor será menor.

Luchas en una batalla perdida
porque la muerte lleva la de ganar,
lo sabes, solo que no lo quieres aceptar.

Te juegas la vida, el todo por la nada,
como naufrago perdido,
como ignorante que no acepta su destino.

Piensas que es el final
en cada respiro, cada desmayo
que presenta el cuerpo aniquilado,
justo cuando lo das por derrotado.

Consumes el dolor
como tragos de tequila
mientras que tu intimidad
se mantiene con angustia y pena.




 CAÍDA

Tu cuerpo azoto de rodillas,
chocando contra el frío asfalto,
las imágenes del pasado te persiguen
recordándote que has caído,
o mejor aún, que lo has perdido.

Ese silencio sepulcral
solo mantiene viva la memoria
de que ayer en la noche
perdiste una batalla
contra el ángel de la muerte.

 Caes y vuelves a caer en el pozo,
mientras más abajo más oscuro,
mientras más hondo más fuerte
será el plomazo
que provocara la risa de

un ser un con alas negras,
que posee una guadaña
cubierta con telaraña,
trazz, se escucha el golpe
que has dado contra el pasto.



 Martha Dueñas García (Mayii)

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