domingo, 22 de abril de 2012

Reseña: Plauto


Plauto
(Italia, -0254 a.C. –0184 a.C.)

Dramaturgo cómico romano que alcanzó una enorme popularidad entre sus contemporáneos y ejerció una notable influencia en la literatura dramática y postrenacentista europea. Plauto nació en Sársina, Umbría. Al parecer se trasladó a Roma cuando era joven, y allí hizo fortuna trabajando entre bastidores, aunque perdió la fortuna en diversos negocios, y comenzó a escribir comedias mientras se ganaba la vida como molinero.
Se le atribuyen más de cien comedias, de las cuales solo se conservan veinte completas y una muy fragmentaria, Vidularia. Escribió la mayor parte de sus obras en los últimos veinte años de su vida. Las comedias que hoy conocemos son obras con vestuario, personajes, tramas y escenarios inspirados en las comedias originales de Menandro, Filemón, Dífilo,  y otros autores de la nueva comedia griega. Plauto introdujo a sus obras numerosas alusiones locales, además de elementos nuevos, como la canción y la danza (los diálogos ocupaban aproximadamente una tercera parte de la obra), y con su enorme sentido del humor y su dominio del latín vulgar, produjo farsas menos pulidas pero más divertidas que las obras de la nueva comedia griega. De tema generalmente amoroso, la trama se complica con engaños o confusiones de identidad, y los personajes respondían a arquetipos heredados de las comedias griegas, como parásitos y soldados fanfarrones. Sin embargo, las comedias de Plauto denotan variedad y originalidad en el tratamiento de los temas y los personajes, y abarcan desde la parodia mitológica Anfitrión, hasta el romance La cuerda, y desde la burla Casina y la farsa Los menecmos, a la comedia refinada Los prisioneros y Trinummus, o las famosas Miles Gloriosus (El soldado fanfarrón) y Asinaria (La venta de los asnos).

“Que nadie se pregunte quién soy: voy a decirlo en pocas palabras. Soy el Lar doméstico de esta casa de donde me habéis visto salir. Hace ya muchos años que habito en medio de estas paredes y que las poseo; desde los tiempos del abuelo y del padre del que, en la actua­lidad, aquí reside. Pero resulta que su abuelo me confió, con el mayor secreto, una buena cantidad de oro y, a escondidas de todos, la enterró en medio del hogar y me suplicó que se la guardara. El hombre murió y, ved su avaricia: nunca quiso revelar el secreto ni a su propio hijo. Prefirió dejarle sin recursos —¡a su propio hijo!— antes que indicarle el escondrijo del tesoro. Le dejó un pequeño pedazo de tierra para que viviera, no sin sufrimientos y con toda clase de privaciones. Des­pués que hubo muerto el que me confió el oro, comencé a observar si el hijo me trataría con mayor considera­ción que su padre. Pero, por lo que a él se refiere, la cosa anduvo todavía peor; cada día se preocupaba me­nos de mí y de rendirme culto. En respuesta, yo hice lo mismo con él: murió tal como había vivido. Dejó un hijo, éste que vive aquí ahora, que tiene el modo de ser igual al de su padre y su abuelo. Tiene una hija única, que cada día me hace ofrendas de incienso, de vino o de cualquier otra cosa; me obsequia con coronas. En atención a ella, hice que Euclión, su padre, encontrara el tesoro con el fin de poder darla en matrimonio más fácilmente, si la joven quería. Pues ella ha sido deshonrada por un joven que goza de muy buena posi­ción. Este joven no ignora quién es la doncella a la cual deshonró. Ella, en cambio, lo desconoce, y también que su hija haya sido violada. Hoy voy a hacer que el viejo vecino de al lado (señalando la casa de Megadoro) la pida en matrimonio, y voy a hacerlo para que el joven que la deshonró pueda, con facilidad, casarse con ella. Precisamente, el viejo que va a pedirla en matrimonio es tío del joven que la violó, de noche, en la víspera de las fiestas de Ceres. Pero ved ahora al viejo, ahí dentro, dando gritos, como acostumbra siempre. Echa fuera de la casa a su vieja esclava para que no logre saber el secreto. Y pienso que quiere inspeccionar su oro, no vaya a suceder que se lo roben. "
Fragmento de La Aularia

La Aularia o comedia de La olla es una de las obras más importantes de Plauto, o al menos una de las más conocidas. La trama se centra en una olla llena de oro que está escondida y puede ser robada, la olla es vigilada por un esclavo que está enamorado de la hija de su amo, Euclión. La comedia presenta un prólogo que aparece como un monólogo externo a la comedia propiamente, pues el personaje que participa no es coherente con los otros personajes. Esto tiene una triple función que está ligada al cuerpo de la obra, la extensa posición de esta parte da pauta a la introducción de la obra. La trama de la comedia se presente en el prólogo, busca el interés y la curiosidad de los espectadores. Además es aquí donde se revelan los núcleos centrales, como líos amorosos entorno a la muchacha, hija Euclión, y el interés por la olla con el oro. En segundo lugar, esto sirve para presentar a los personajes principales, de modo que cuando vuelvan a aparecer ya tendrán una personalidad personalizada. Finalmente, resume los hechos que dentro la comedia no se explica. Los personajes protagonicos son Euclión, la muchacha y el esclavo, en torno a ellos gira toda la historia.

Martha Dueñas García

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