De parte de una compañera de Letras, la
reseña de Ovidio se nos otorga...
Ovidio
Desde siempre, todo lo referente al amor, ha sido gran motor y motivo de
interés, especulaciones, hipótesis, y demás cuestiones indescifrables que, sin
descanso, han perturbado a cualquier ser humano de condiciones sentimentales
normales. Se trata de un asunto que simplemente es inherente al hombre, y, que lo
ha sido desde que éste apareció en la
tierra.
Los sentimientos humanos, y, en especial el amor, están siempre
acompañados de una inexplicabilidad infinita, la cual, muy a pesar de todos
nuestros esfuerzos, nunca podemos erradicar. Lo que sentimos se encuentra muy
vivo, no sabemos de dónde vino, a dónde va, ni cuándo
desaparecerá o se hará más agudo. Simplemente es algo que nos posee para luego abandonarnos sin ninguna advertencia. Dicha
inexplicablidad, ha tenido varios contrincantes, es decir, individuos que sin
mucha victoria, han intentado por mucho tiempo, esclarecer el enigma de la
fuerza que los sentimientos despliegan dentro de nosotros.
El amor, posiblemente, es el más poderoso e inexplicable de todos, y, precisamente, es debido a éste hecho, que muchos hombres
hayan aspirado a comprender el rompecabezas. Fue así, como en la historia, apareció un hombre a quien nombraron como “El
maestro del amor erótico”, hablamos de Publio Ovidio Nasón, un poeta romano que dedicó gran parte de su obra, y, muchos años de su
vida, al entendimiento y enseñanza del amor y del arte de amar.
Ovidio nació en Sulmona Italia y desde muy temprana edad mostró
habilidad para la lírica, razón por la cual decidió abandonar los estudios de
derecho impuestos por su padre. A la muerte de éste, Ovidio heredó grandes
posesiones, lo que le hizo posible viajar, vivir cómodamente en varios sitios y
por supuesto, dedicarse enteramente a sus estudios de poética, y,
posteriormente a la creación de su obra.
Desde joven se instauró en la escritura, su primera obra, llamada Amores, fue un poemario dirigido a una mujer llamada Corina, quien reunía
varias características de diversas amantes del poeta. Se cree que dicho
personaje, no haya sido real, y solamente se trate de un perfil ficticio al
cual el poeta pudo atribuirle y dedicarle sus elegías.
Ovidio dedicó su obra entera al análisis y la ensennanza de sentimientos
propios de los hombres de su tiempo, mismos que en esencia, resultan ser por
demás compatibles con las inquietudes de los hombres actuales. Hablamos de un
poeta enteramente entregado a las pasiones y arrebatos a los que, por el simple
hecho de ser y existir, el ser humano se enfrenta día a día.
El Arte
de amar y Las Metamorfosis, son consideradas las obras de mayor importancia dentro de todo su
trabajo. La primera es tan solo una pieza de la trilogía conformada por tres
poemas didácticos de carácter erótico. Es preciso aclarar que
durante y dentro de la realidad en la que el poeta vivió, el amor poseía una
significado mucho más cercano al erotismo que a cualquier otro sentimiento o
pasión humana.
“Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis
páginas, y ame instruido por sus versos.” El Arte de amar es, esencialmente, un
manual para conseguir, conquistar y retener al sexo opuesto. Compuesto por tres
libros, dos dedicados para el sexo masculino y el último para el sexo femenino,
El Arte de amar es un poema instructivo acerca de las relaciones amorosas,
entendiéndolas como una “necesidad profunda”, una necesidad trascendencia a
partir de la fusión con la pareja.
Desgraciadamente, simultáneo al Ars Amatoria (El arte de amar), Augusto
se encontraba en una contienda por reivindicar la política tradicionalista que
se había ido perdiendo en el pueblo romano. Ovidio, quién por muchos años,
había trabajado sin adversarios ni hostilidades, fue
desterrado y enviado a lo que ahora se conoce como Rumania, cerca del mar
negro, debido a la inconveniencia que sus ideas y enseñanzas representaban para
el gobierno de Augusto, mismo quién definió al Arte de Amar, como “El Arte de cometer adulterios”.
Se cree que la verdadera razón del destierro, fue que el poeta conocía
alguna verdad incómoda de la familia de Augusto, sin embargo, el argumento por
el cual fue echado, fue simplemente que, su obra, por estar en completo
antagonismo a la propaganda ideológica que muchos poetas (Virgilio, Horacio,
Propercio) venían haciendo junto con Augusto, representaba una amenaza para la
reconstrucción de las tradiciones romanas.
Publio Nasón Ovidio pasó los últimos años de su vida, añorando su patria
y reflejando en sus escritos la gran tristeza con la que luchaba día a día.
Jamás pudo disfrutar de los confines del imperio en el Mar Negro.
Terminado el gobierno de Augusto, Ovidio solicitó su regreso al nuevo
emperador, quien desgraciadamente, negó la petición.
Publio Nasón Ovidio, murió en el año 17 d.C en la actual Rumania.
Maricela Medel Jiménez ~ Mar
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